Qué alegrÃa vivir sintiéndose vivido. Rendirse a la gran certidumbre, oscuramente, de que otro ser, fuera de mÃ, muy lejos, me está viviendo. Que cuando los espejos, los espÃas, azogues, almas cortas, aseguran que estoy aquÃ, yo, inmóvil, con los ojos cerrados y los labios, negándome al amor de la luz, de la flor y de los nombres, la verdad trasvisible es que...
Esparce octubre, al blando movimiento del sur, las hojas áureas y las rojas, y, en la caÃda clara de sus hojas, se lleva al infinito el pensamiento. ¡Qué noble paz, en este alejamiento de todo; oh prado bello que deshojas tus flores; oh agua frÃa ya, que mojas con tu cristal estremecido el viento! ¡Encantamiento de oro! Cárcel pura, en que el cuerpo,...