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El viaje definitivo

...Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando; y se quedará mi huerto con su verde árbol, y con su pozo blanco. Todas las tardes el cielo será azul y plácido; y tocarán, como esta tarde están tocando, las campanas del campanario. Se morirán aquellos que me amaron; y el pueblo se hará nuevo cada año; y en el rincón aquel...

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Vino, primero, pura

Vino, primero, pura, vestida de inocencia.  Y la amé como un niño. Luego se fue vistiendo de no sé qué ropajes. Y la fui odiando sin saberlo. Llegó a ser una reina, fastuosa de tesoros... ¡Qué iracundia de yel y sinsentido! ...Mas se fue desnudando. Y yo le sonreía. Se quedó con la túnica  de su inocencia antigua. Creí de nuevo en ella....

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Esperanza rota

El pasado martes, mi profesora de Filosofía me dio una noticia espantosa con relación a la entrada anterior: no se puede inculcar la empatía en personas adultas. Como el habla o la capacidad de andar sobre dos piernas, los humanos solo podemos ser educados para la empatía los primeros años de vida. ¿Qué futuro nos espera teniendo líderes y personas poderosas sin empatía...

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